30 de junio de 2014 |

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón (ICOFA) organizó una charla sobre «Tratamientos biológicos en la Esclerosis Múltiple », que corrió a cargo de Jesús Martín Martínez, médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y coordinador del CSUR de Esclerosis Múltiple del mismo hospital.

La Esclerosis Múltiple es una enfermedad neurodegenerativa con gran impacto en población joven, y que provoca altos niveles de discapacidad: alrededor del 50% de los pacientes de los 10 a los 15 años desde el diagnóstico inicial, necesitan ayudas técnicas en las actividades de la vida diaria.

Este y otros datos fueron expuestos en el transcurso de la charla ofrecida por el doctor Martín, quién puso de manifiesto la importancia de seguir investigando en la creación y desarrollo de nuevos tratamientos que minimicen la sintomatología clínica de la enfermedad, retrasando por tanto la progresión de la misma.

En la actualidad se están administrando diferentes fármacos biológicos que actúan a nivel del sistema inmunológico buscando dianas biológicas específicas, con unos resultados esperanzadores, por lo que se hace necesario el conocimiento de los mismos por parte del fisioterapeuta.

Las nuevas investigaciones tienen por objetivo la regeneración axonal, vital para restablecer funciones perdidas en el organismo, por lo que como fisioterapeutas nos crean la necesidad de trazar nuevas metas a cumplir.

Fuente: http://www.aefi.net

30 de junio de 2014 |

Un moderno y práctico producto hecho a medida y customizable ideado para sustituir a las incómodas férulas

El sistema de inmovilización a medida, Zipper, es una de las últimas novedades que lanza la empresa española TEYDER S.L. Una auténtica revolución dentro del mundo de la ortesis, que sustituye a las incómodas y pesadas escayolas. Se acabó el sufrir con las molestas prótesis de yeso que impedían una correcta limpieza y un buen mantenimiento. Ahora con Zipper, el mundo de la ortesis da un paso adelante mejorando la calidad de vida del paciente que debe mantener inmovilizada la extremidad dañada.

Fabricado con tejido de rizo tipo toalla y con un agradable acabado en microfibra, Zipper está ideado para facilitar la transpiración y generar una sensación de bienestar y confort en la zona inmovilizada. El tejido está tratado con tres tipos de microcápsulas: neutralizadoras de malos producidos por la transpiración, aromáticas e hidratantes de la piel, manteniendo así la zona afectada, fresca y perfumada. Además, su mezcla de componentes activos previene la irritación de la capa superior de la piel.

Zipper es impermeable, limitando así la proliferación de gérmenes, y siendo suficiente un paño húmedo para mantenerlo limpio. Los acabados de confección están cuidados hasta el más mínimo detalle, con costuras selladas, y diferentes combinaciones de colores adecuados a la elección del paciente y su edad, aportando así un aspecto novedoso y moderno a la ortesis. Los modelos de una sola cremallera cuentan, además, con una costura sellada con cinta decorativa, que actúa en forma de visagra, facilitando la abertura para proceder a las periódicas inspecciones y curas médicas.

Zipper es un producto único e innovador que ofrece grandes ventajas al paciente:

  • Tejido transpirable, con microcápsulas que eliminan el olor
  • Fácil de quitar y poner
  • Protege la piel y ayuda a regenera
  • Transparente a los Rayos X
  • Recuperación más rápida
  • Disminución de la artrofia muscular
  • Control de la heridas abiertas
  • Acabados personalizables
30 de junio de 2014 |

La lumbalgia o lumbago es un término para el dolor de espalda baja, en la zona lumbar, causado por un síndrome músculo-esquelético, es decir, trastornos relacionados con las vértebras lumbares y las estructuras de los tejidos blandos como músculosligamentosnervios y discos intervertebrales.1 Es importante un buen diagnóstico, descartando infeccióncáncerosteoporosis o lesiones que requieran cirugía, antes de comenzar el tratamiento para la lumbalgia inespecífica.

Origen

Se origina por distintas causas y formas siendo las más comunes el sobreesfuerzo físico y las malas posturas.1 En el caso de las mujeres, se puede desencadenar o agravar con el ciclo menstrual. Personas que han nacido con espina bífida son muy vulnerables a poseer una lumbalgia resistente en alguna etapa de su vida. La lumbalgia puede ser un síntoma de enfermedades genéticas que afectan al tejido conectivo como elSíndrome de Ehlers-Danlos y el Síndrome de Hiperlaxitud articular.

La lumbalgia puede estar producida en muchos casos, por el Síndrome de miositis tensional, y puede tratarse adecuadamente siguiendo el protocolo de tratamiento del SMT.2

Por otro lado existen fuentes o tipos de dolor lumbar; el dolor facetario, en el cual existe una inflamación entre 2 articulaciones cigoapofisiarias (dolor específico), otro tipo de dolor lumbar es el discógeno, donde el disco intervertebral posee una lesión que genera dolor (dolor difuso, en una zona inespecífica), otra fuente de dolor es la compresión radicular, donde la vertebra comprime la salida de los nervios que se dirigen hacia las piernas (el dolor irradiado hacia las piernas) conocido como ciática; otra causa de dolor puede ser una contractura muscular, una disfunción de la articulación sacro-ilíaca, o por algún órgano que refleje su disfunción en la zona lumbar, como los riñones e intestino delgado.

Clasificación

Clasificación por su duración

En su presentación clínica puede ser:1

  • Aguda: si dura menos de 4 semanas.
  • Subaguda: si dura entre 4 y 12 semanas.
  • Crónica: si dura más de 12 semanas.

Clasificación por sus características

Los procesos lumbares pueden ser de distintas maneras:

  • Lumbalgia aguda sin radiculitis: Dolor de naturaleza lumbar de aparición inmediata (aguda), que se puede extender por la extremidad inferior, muchas veces no más allá de la rodilla, habitualmente sin radiculitis. Es producida por una torsión del tronco o un esfuerzo de flexo-extensión.
  • Compresión radicular aguda: Inflamación de una raíz nerviosa de forma aguda, en un 90% causada por hernia discal.
  • Atrapamiento radicular: Irritación de la raíz nerviosa por el desarrollo de procesos degenerativos (espondilosis).
  • Claudicación neurógena: debido a un dolor muscular de naturaleza nerviosa.

Etiología

Una lesión aguda de la espalda baja puede ser causada por un evento traumático, como un accidente automovilístico o una caída. Ocurre de repente y sus víctimas suelen ser capaces de identificar exactamente cuándo ocurrió. En los casos agudos, las estructuras que con más probabilidad resulten lesionadas son los tejidos blandos. En casos de un accidente grave, osteoporosiso de otras causas del debilitamiento de los huesos vertebrales, pueden también aparecer fracturas vertebrales en la columna lumbar. En el extremo inferior de la columna vertebral, algunos pacientes pueden tener dolor de coxis (también llamado coccigodinia). En otros casos puede aparecer dolor sacroilíaco junto con la parte inferior de la columna lumbar, llamada disfunción sacroilíacas conjunta. El dolor de espalda crónico generalmente tiene un inicio más insidioso, que se producen durante un largo período de tiempo. Las causas físicas pueden incluir laosteoartritis, la artritis reumatoide, la degeneración de los discos entre las vértebras, de la columna vertebral o una hernia discal, una fractura vertebral (por ejemplo, de la osteoporosis) o, raramente, un tumor (incluyendo cáncer) o infección.1

Prevención

La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad. Básicamente hay que tener en cuenta:

  • Normas de higiene postural y ergonomía
  • Ejercicio y actividad física
  • Proteger las lumbares del aire frio -bien tapado y especialmente si vives en una zona climática húmeda-, ayuda tanto en la recuperación como en la prevención de lumbalgia.

Normas de higiene postural y ergonomía

Muchas lumbalgias son causadas por posturas inadecuadas y sobreesfuerzos en el trabajo, las actividades domésticas y los deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar pesos y en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben evitarse a toda costa.3

En la postura para el movimiento o levantamiento de pesos debe evitarse la posición en la que se inclina la espalda y se debe adoptar la siguiente posición:4

  • 1 – Bajar el cuerpo para poder coger el peso: flexionar las rodillas con la espalda recta con el objeto de que la fuerza se haga con las piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las piernas rectas.
  • 2 – Coger el peso: el peso a levantar debe colocarse pegando al cuerpo (tronco).
  • 3 – Levantar el peso: estirar las piernas (que estaban flexionadas) manteniendo la espalda recta con el peso pegado al cuerpo.
  • 4 – Dejar el peso:
4.1 – Si el lugar a dejar el peso está a la misma altura que el tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
4.2 – Si el lugar a dejar el peso está a una altura inferior al tronco: bajar el tronco flexionando las piernas por las rodillas y manteniendo la espalda recta.
4.3 – Si el lugar a dejar el peso está a una altura superior al tronco: utilizar una escalera y subir por ella, con la espalda recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde dejar el peso. No dejar nunca el peso a una altura superior a la que se encuentre pegado al tronco ya que obligaría a forzar la espalda.

Ejercicio y actividad física

El ejercicio físico y la actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama el riesgo de que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más fácilmente.

La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada por el médico -especialmente en quienes padecen o han padecido lumbalgia-.

El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.

Los ejercicios para prevenir la lumbalgia suelen incluir aquellos que movilizan abdominalesdorsolumbarescérvico-dorsalesglúteos y cuádriceps; estiramientos dorsolumbares, movilizaciones, estiramientos isquiotibiales, estiramiento del psoas ilíaco, estiramiento del cuadriceps, estiramiento de glúteos y piramidal, estiramiento del trapecio y del esternocleidomastoideo.5

Tratamientos recomendados para la lumbalgia inespecífica

Cuando se habla de dolor lumbar inespecífico o lumbalgia inespecífica, se refiere aquel proceso de dolor lumbar en el que no se puede determinar la causa que lo produce.

La mayoría de los episodios agudos de lumbalgia inespecífica se deben inicialmente al mal funcionamiento de la musculatura y posteriormente a un mecanismo neurológico, en el que el factor esencial es la activación persistente de las fibras A y C, que desencadenan y mantienen el dolor, la contractura muscular y la inflamación.

En los casos subagudos, este mecanismo se mantiene activado y puede llegar a inducir cambios persistentes en las neuronas medulares, lo que trae como consecuencia la persistencia del dolor, la inflamación y la contractura, aunque se resuelva su desencadenante inicial.

Es necesario consultar al especialista cuando las recomendaciones básicas (evitar el reposo en cama, evitar mantenerse activo y evitar sobrecargas en la espalda) no mejoran la lumbalgia.1 6

  • Evitar reposo en cama – Las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible coinciden en desaconsejar el reposo en cama como tratamiento del dolor de espalda. En algunos pacientes, la intensidad del dolor puede obligarles a quedarse en cama durante unos días, habitualmente no más de 2, especialmente cuando hay dolor irradiado. Pero eso debe ser considerado una consecuencia del dolor, y evitado cuando es posible. No es por tanto un tratamiento, puesto que no tiene ningún efecto benéfico sobre la duración del episodio.
  • Recomendaciones posturales:
  • Evitar sobrecargas en la espalda – No agacharse doblando la espalda, debe hacerse flexionando las piernas.
  • No sentarse en superficies blandas y bajas – Como sofás y sillones.
  • Fármacos de primera línea – Analgésicosopiaceos menores, antiinflamatorios y miorrelajantes siempre que no exista contraindicación.
  • Intervención neuroreflejoterápica – estimulación de fibras nerviosas de la piel mediante «grapas quirúrgicas» que se dejan colocadas durantes 3 meses.
  • Ejercicio – En general no debe hacerse durante las crisis agudas.
  • Fármacos de segunda línea – Antidepresivos que inhiban la recaptación de noradrenalina.
  • Tratamiento psicológico (cognitivo-conductual) – En pacientes con lumbalgia de larga duración o crónica intensa.
  • Parches de capsaicina – En pacientes en los que hayan fracasado otros tratamientos y con un grado intenso de dolor.
  • Fármacos de tercera línea – Opiáceos mayores (tramadolmorfinaoxicodona). En pacientes con exarcebaciones intensas de lumbalgia crónica que no respondan a otros tratamientos.
  • Manejo del cuadro agudo con fisioterapia– para el manejo del dolor y espasmo muscular en la etapa aguda es de gran beneficio la fisioterapia utilizando modalidades como crioterapia ya sea masaje directo con hielo en la zona afectada o la aplicación de compresas frías, además de acompañar esto con electroterapia durante 20 o 30 minutos puede utilizarse opciones como corrientes bifasicas simétricas o protocolos de corrientes como tens, corrientes premoduladas o diadinámicas. Puede combinarse con otras modalidades de medicina física como ultrasonido de preferencia pulsatil y trabajar manualmente con masaje relajante o de amasamiento muscular.7
  • Rehabilitación multidisciplinar – Cuando han fallado otros tratamientos y la salud está muy alterada. Los equipos están formados por médicos, psicólogos y fisioterapeutas.
  • Toxína botulínica – El uso de la toxina botulínica tipo A en las algias vertebrales (cervicalgias, lumbalgias, ciatalgias) es cada vez más extendido por sus buenos resultados clínicos, sin embargo no hay suficiente evidencia para su indicación generalizada. Fundamentalmente se utiliza en algias vertebrales secundarias a contracturas musculares cronificadas y que no responden a otros tratamientos conservadores.8 9
  • Neuroestimulación eléctrica percutánea (PENS) – Última opción cuando han fracasado los tratamientos anteriores en pacientes con lumbalgia crónica muy intensa. Se realiza por especialistas de unidades de dolor ya que sus efectos secundarios son numerosos.
  • Bloqueo selectivo de la raíz nerviosa – En casos con lumbociatalgia se puede realizar un bloque selectivo de la raíz irritada. Especialmente indicado en casos de hernia discal con compromiso radicular. Generalmente se le añada Terapia Física tras la realización del bloqueo.
  • Intervención quirúrgica – En casos estrictamente necesarios. No se recomienda a aquellos pacientes diagnosticados con lumbalgia inespecífico.. Puede ser necesaria en pacientes que padecen lumbalgia derivada de una enfermedad (infección, cáncer, osteoporosis) o en aquellos que pudieran requirir cirugía cuando el dolor sea intenso e invalidante, haya persistido durante más de 2 años y no haya respondido a todos los tratamientos anteriores.1 En una revisión reciente (septiembre 2010) se concluye lo siguiente: La intervención quirúrgica no fue superior a la intervención cognitiva y ejercicios para aliviar los síntomas, mejorar la función y volver a trabajar a los 4 años. El número de reintervenciones en los pacientes asignados al «grupo quirúrgico» fueron similares a los pacientes que posteriormente fueron operados en el grupo no quirúrgico.10

Producto asociado

 

FAJA

DESCRIPCIÓN: Ortésis para soporte lumbar con panel semirrígido y diseño anatómico para una mayor sujeción y confort. Contiene 4 varillas posteriores que estabilizan y siste- ma de cierre de tapa semirrígida.

INDICACIONES: Lumbalgias, insuficiencia muscular, deficiencia en la osteogénesis y malformaciones de la región L5-S1, espondi- liartrosis, discopatías, dolores articulares posteriores de columna lumbar y articu- laciones sacroilíacas. Protección práctica deportiva. 

26 de junio de 2014 |

 

El dolor de rodilla es un síntoma común en personas de todas las edades. Puede comenzar repentinamente, a menudo después de una lesión o de ejercicio. También puede empezar como una molestia leve y luego poco a poco va empeorando.

Causas:

Las causas simples de dolor de rodilla a menudo se resuelven espontáneamente con cuidados personales. Por otro lado, tener sobrepeso puede ponerlo a uno en mayor riesgo de problemas de rodilla.

El dolor de rodilla puede ser causado por:

– Dolor anterior de rodilla.
– Artritis: que incluye artritis reumatoidea, osteoartritis y gota.
– Quiste de Baker: una hinchazón llena de líquido localizada detrás de la rodilla que puede ocurrir con hinchazón (inflamación) por otras causas, como artritis.
– Bursitis: inflamación a causa de presión repetitiva sobre la rodilla, como arrodillarse por períodos prolongados, sobrecarga o lesión.
– Trastornos del tejido conectivo, como lupus.
– Dislocación de la rótula.
– Síndrome de la banda iliotibial (un trastorno de la cadera relacionado con una lesión de la banda gruesa que va desde la cadera hasta la parte exterior de la rodilla).
Infección en la articulación.
– Lesiones de rodilla: una lesión del ligamento cruzado anterior o una lesión del ligamento lateral interno pueden causar sangrado dentro de esta articulación, lo cual empeora el dolor.
– Enfermedad de Osgood-Schlatter.
– Tendinitis: un dolor en la parte frontal de la rodilla que empeora al subir y bajar escaleras o cuestas.
– Desgarro del cartílago (una ruptura de meniscos): dolor que se siente en la parte interior o exterior de la articulación de la rodilla.
– Ruptura de ligamentos (ruptura del LCA): lleva a que se presente dolor e inestabilidad de la rodilla.
– Distensión muscular o esguinces: lesiones menores en los ligamentos causados por torceduras súbitas o no naturales.
– Las afecciones menos comunes que pueden conducir a dolor de rodilla abarcan tumores óseos.

Cuidados en el hogar

Para el dolor de rodilla que acaba de comenzar:

– Descanse y evite actividades que empeoren el dolor, especialmente actividades que impliquen soporte de peso.
– Aplique hielo, primero cada hora durante 15 minutos y después del primer día, aplicar al menos 4 veces por día.
– Mantenga la rodilla elevada en lo posible para reducir la hinchazón.
– Use mangas elásticas, las cuales se pueden comprar en la mayoría de farmacias. Esto puede reducir la hinchazón y brindar apoyo.
– Tome paracetamol para el dolor o ibuprofeno para el dolor y la inflamación.
– Duerma con una almohada por debajo o entre las rodillas.

 rodillera

Para dolor de rodilla relacionado con sobrecarga o actividad física:

Siempre haga calistenia (precalentamiento) antes de hacer ejercicio y vuelva a la calma (refrésquese) después de esto. Estire los cuádriceps y los tendones de la corva.

– Evite correr derecho cuesta abajo: en lugar de esto baje caminando.
– Monte en bicicleta o nade en lugar de correr.
– Reduzca la cantidad de ejercicio que hace.
– Corra sobre una superficie lisa y suave, como un sendero, en lugar de hacerlo en el cemento.

– Baje de peso si tiene sobrepeso. Cada libra de sobrepeso ejerce aproximadamente 5 libras extras de presión sobre la rótula al bajar o subir escalas. Pídale ayuda al médico para bajar de peso.

Si usted tiene pies planos, ensaye con plantillas de calzado especiales y soportes de arco (ortopédicos).

Verifique que sus zapatos para correr estén bien hechos, ajusten bien y tengan buena amortiguación.

Sugerencias para aliviar el dolor de la bursitis de rodilla:

Use hielo de tres a cuatro veces por día durante los primeros 2 o 3 días. Cúbrase la rodilla con una toalla y coloque hielo sobre ella durante 15 minutos. No se duerma mientras esté usando el hielo, ya que puede dejarlo allí demasiado tiempo y sufrir una quemadura por frío.

Trate de no estar de pie por largos períodos de tiempo. Si tiene que pararse, hágalo sobre una superficie suave y acolchonada. Permanezca de pie con una cantidad igual de peso en cada pierna.

Al dormir, no se acueste sobre el lado que tiene la bursitis. Póngase una almohada entre las rodillas cuando se acueste de lado para ayudar a disminuir el dolor.

Use zapatos planos que sean acolchonados y cómodos.
Si tiene sobrepeso, el hecho reducirlo puede ayudarle.

¿Cuándo contactar a un profesional médico?

Consulte con el médico si:

– No puede soportar peso en la rodilla
– Presenta un dolor intenso incluso cuando no está soportando peso
– La rodilla se dobla, produce un chasquido o se bloquea
– Su rodilla aparece deforme o desfigurada
– Presenta fiebre, enrojecimiento o calor alrededor de la rodilla o inflamación significativa
– Tiene dolor, inflamación, entumecimiento, hormigueo o coloración azulas en la pantorrilla debajo de la rodilla adolorada
– Aún tiene dolor después de tres días de tratamiento en el hogar
– Lo que se puede esperar en el consultorio médico
– El médico llevará a cabo un examen físico, prestando especial atención a las rodillas, las caderas, las piernas y otras articulaciones.

Para ayudar a diagnosticar la causa del problema, el médico hará preguntas de la historia clínica tales como:

¿Cuándo comenzó el dolor en la rodilla?
¿Ha tenido dolor de rodilla antes? ¿Cuál fue la causa?
¿Cuánto ha durado este episodio de dolor de rodilla?
¿Siente el dolor a toda hora o es intermitente?
¿Están afectadas ambas rodillas?
¿Siente dolor en toda la rodilla o en un lugar específico como en la rótula, el borde externo o interno de la rodilla o debajo de la rodilla?
¿Es un dolor intenso?
¿Puede pararse o caminar?
¿Ha tenido alguna lesión o accidente que involucre la rodilla?
¿Ha sobrecargado la pierna? Describa sus actividades usuales y el ejercicio de rutina.
¿Qué tratamientos en el hogar ha intentado? ¿Han servido?
¿Presenta otros síntomas como dolor de cadera, dolor pierna abajo o en la pantorrilla, inflamación de la rodilla, fiebre, inflamación en la pantorrilla o la pierna?

Se pueden llevar a cabo los siguientes exámenes:

– Cultivo del líquido sinovial (líquido tomado de la rodilla y examinado bajo un microscopio).
– Resonancia magnética de la rodilla si hay sospecha de una ruptura de ligamentos o de menisco.
– Radiografía de la rodilla.
– El médico puede inyectarle un esteroide en la rodilla para reducir el dolor y la inflamación.

Usted posiblemente necesite aprender a realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento y consultar al podiatra (para que le adapte calzado ortopédico).

Referencias

Frontera WR, Silver JK, eds. Essentials of Physical Medicine and Rehabilitation. 2nd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier;2008:section 7.

Honkamp NJ, Shen W, Okeke N, Ferretti M, Fu FH. Knee: Anterior cruciate ligament injuries in the adult. In: DeLee JC, Drez D Jr, Miller MD, eds. DeLee and Drez’s Orthopaedic Sports Medicine. 3rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2009:chap 23, section D.

Huddleston JI, Goodman SB. Hip and knee pain. In: Firestein GS, Budd RC, Harris ED Jr, et al, eds. Kelley’s Textbook of Rheumatology. 8th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2008:chap 42.

Actualizado: 11/9/2012
Versión en inglés revisada por: A.D.A.M. Health Solutions, Ebix, Inc., Editorial Team: David Zieve, MD, MHA, David R. Eltz, Stephanie Slon, and Nissi Wang. Previouly reviewed by Linda J. Vorvick, MD, Medical Director, MEDEX Northwest Division of Physician Assistant Studies, University of Washington, School of Medicine; and C. Benjamin Ma, MD, Assistant Professor, Chief, Sports Medicine and Shoulder Service, UCSF Dept. of Orthopaedic Surgery (6/4/2011).

Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

Fuente: http://www.nlm.nih.gov

17 de junio de 2014 |

Por: Dr. José Antonio López Calbet
Departamento de Educación Física. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

¿Qué es dolor muscular tardío o “agujetas”?

Por “agujetas” o dolor muscular tardío se entiende el dolor que aparece en regiones musculares sometidas a esfuerzo, horas después de la finalización del ejercicio, alcanzando su máxima intensidad, generalmente, entre las 24 y las 72 horas. Normalmente se acompaña de una ligera tumefacción, disminución del rango de movimiento articular, rigidez y pérdida de fuerza (Armstrong 1990). Una de las características principales de las “agujetas” es la hipersensibilidad, la cual se manifiesta debido a una reducción del umbral de dolor a la estimulación mecánica, de tal manera que estímulos normalmente inocuos (como una ligera presión en la zona afectada) desencadenan sensación dolorosa. A este fenómeno se le denomina alodinia mecánica (Merskey 1983).

¿Cuáles son los mecanismos responsables del dolor muscular tardío?

Aunque aún se desconoce el mecanismo principal por el cual se produce el dolor de las “agujetas”, se han propuesto varias explicaciones que hemos agrupado en cuatro teorías fundamentales: teoría metabólica, teoría mecánica, teoría inflamatoria y teoría neurogénica.

Teoría metabólica.

Cuanto mayor es la intensidad de las contracciones musculares producidas durante el ejercicio mayores son las posibilidades de padecer “agujetas”. Puesto que el ejercicio de alta intensidad se asocia a una mayor producción de lactato, algunos autores defendieron la teoría metabólica del origen de las “agujetas”, que esencialmente intenta relacionar la producción de lactato con el dolor muscular tardío. Incluso, la búsqueda de una explicación fácil llevó a plantear que el lactado que se produce durante el ejercicio de alta intensidad se acumula en los músculos, cristalizando en las horas siguientes. El dolor de las “agujetas” es un dolor que aumenta con la presión local o con la contracción muscular. Incluso, para remarcar esta relación entre “cristales de ácido láctico y dolor”, el aumento del dolor con la presión se justificaba como el resultado de la acción de los “cristales clavándose en el interior del músculo”. Para otros, el dolor se produciría por un mecanismo parecido al que desencadena dolor en otras enfermedades por acumulación de microcristales, cuyo máximo exponente sería la gota (enfermedad por acumulación de cristales de ácido úrico, que provocan principalmente tenosinovitis y artritis), en las que los microcristales desencadenan una respuesta inflamatoria, verdadera responsable del dolor. Sin embargo, existe una diferencia muy grande entre, por ejemplo, la gota y las “agujetas”.

Primero, en la gota es posible identificar los cristales de ácido úrico, incluso con microscopio óptico. En cambio, nunca nadie a descrito u observado cristales de lactato en el organismo humano o animal, de ninguna especie. Ni siquiera en reptiles que producen y acumulan mucho más lactato que los mamíferos.

Segundo, es cierto que durante el ejercicio de alta intensidad se produce un cantidad considerable de ácido láctico, pero alrededor de un 80% del lactato que se ha producido se acumula en interior de las fibras musculares y sólo un 20% pasa al espacio extracelular. Ya desde las primeras publicaciones de Rodolfo Margaria se sabe que el lactato que ha pasado a la sangre es eliminado en los minutos siguientes al ejercicio, en un proceso que se ha completado en alrededor de 1 hora. Estudios más recientes, en los que se han utilizado isótopos estables han demostrado que la mayor parte del lactato producido durante el ejercicio es eliminado por oxidación mientras que el resto, entre un 10 y 20 % puede ser utilizado como sustrato para resintetizar glucógeno muscular en el propio músculo que lo ha producido.

En concordancia, si se realizan biopsias musculares seriadas después del ejercicio de alta intensidad y se examinan los músculos con “agujetas”, ni si quiera con un microscopio electrónico es posible localizar “cristales de ácido láctico”.

Por lo tanto, no existe ninguna evidencia científica en este momento (ni nunca ha existido) que sustente que las “agujetas” son debidas a la formación de cristales de ácido láctico. Otro mecanismo, a través del cual los productos del metabolismo (lactato u otros) podrían ser responsables de la aparición de las “agujetas” es provocando la sensibilización de los nociceptores musculares (Apell y col. 1992). Sin embargo, esta última hipótesis no ha podido ser demostrada todavía.

Teoría mecánica

Numerosos investigadores han observado que la aparición de “agujetas” tiene lugar más fácilmente si el músculo se contrae excéntricamente. Por ejemplo, las “agujetas” son más frecuentes cuando se corre cuesta abajo, o después de realizar pliometría (Schwane y col. 1983; Costill y col. 1990; Apell y col. 1992; Calbet y col. 2000). Durante la carrera a pie se produce la alternancia de contracciones musculares concéntricas y excéntricas, mientras que durante el pedaleo se producen contracciones musculares principalmente concéntricas. Por ello, una persona no entrenada tiene muchas más “agujetas” después de 1 hora de carrera continua, que después de una hora de pedaleo. Sin embargo, durante la contracción muscular excéntrica el gasto energético es de 1/3 a un 1/6 del que se produce durante la contracción muscular concéntrica. Además, incluso los pacientes afectados de la enfermedad de MacArdle, que carecen de glucógeno fosforilasa y, en consecuencia, no producen lactato durante el esfuerzo, padecen “agujetas” si realizan ejercicios excéntricos. Por lo tanto, es posible sufrir “agujetas” sin que apenas se haya producido lactato durante el ejercicio y es posible sufrir “agujetas” aunque el gasto energético del ejercicio haya sido muy pequeño.

 PAL¿Por qué las contracciones musculares excéntricas producen “agujetas” mucho más fácilmente que las contracciones musculares concéntricas?

La principal razón que se ha aducido es que las contracciones musculares excéntricas generan tensiones muy elevadas en el músculo, cuya repetición en una persona no entrenada causa la ruptura de estructuras musculares. La existencia de daño muscular ha podido ser objetivada al detectar un aumento de la concentración en sangre de enzimas y proteínas musculares, que dado su tamaño, no pueden atravesar la membrana muscular (mioglobina, CPK, LDH, AST, ALT, Troponina I, etc.) y por lo tanto, para que aparezcan en sangre se tiene que haber producido una ruptura del sarcolema en algunas de las fibras musculares (Margaritis y col. 1999; Sorichter y col. 1999). Por ejemplo, las personas con “agujetas” pueden experimentar un aumento (2 a 10 veces) de la actividad de la CPK, que correlaciona con el nivel de “agujetas”. Además, el daño muscular producido por el ejercicio se ha asociado con un aumento de la concentración de hidroxiprolina en orina de 24 h, lo que sugiere también la destrucción de fibras de colágeno, es decir, daño estructural en el tejido conjuntivo (Abraham 1977; Han y col. 1999).

Lieber y Fridén han sido dos de los investigadores que más han contribuido al conocimiento de la fisiopatología del daño muscular producido por el ejercicio excéntrico. Mediante microscopios ópticos y electrónicos se han descrito en fibras musculares obtenidas por biopsia de músculos con “agujetas”, entre otros cambios, rupturas del sarcolema, alteración de la disposición paralela de las miofibrillas, disrupción de las líneas o discos Z, desplazamiento de la banda A fuera de la zona central del sarcómero en algunas fibras, depósitos de fibronectina (sugieren lesión de la membrana celular), edema o tumefacción de fibras musculares, etc. (Lieber y col. 1996; Fridén y Lieber 1992, 1998; Lieber y Fridén 1999).

Recientemente se ha podido comprobar que parte de las alteraciones en la ultraestructura muscular son debidas a la disrupción del citoesqueleto de la fibra muscular, especialmente de los filamentos de desmina (Lieber y col. 1996) y de moléculas de titina (Fridén y Lieber 1998).

Teoría inflamatoria

Además, estos cambios se acompañan de un infiltrado inflamatorio que se desarrolla entre 1 a 3 días después del ejercicio excéntrico (Smith 1991; Lieber y col. 1996; Fridén y Lieber 1998; Lieber y Fridén 1999). Aunque las lesiones descritas en el apartado anterior se hallan presentes al finalizar el ejercicio excéntrico, su magnitud se exacerba durante las 24-48 h siguientes. La exarcerbación de la lesión se ha relacionado con la respuesta inflamatoria que acompaña al ejercicio excéntrico, especialmente en las personas no entrenadas (Smith 1991; Fridén y Lieber 1998). Durante las 24-48 h siguientes al ejercicio excéntrico se produce una migración de células inflamatorias hacia el lugar de la lesión. La activación de enzimas lisosomales de los fagocitos y plaquetas serían los principales responsables del empeoramiento de la lesión en los días siguientes al ejercicio (Smith 1991). Las sustancias liberadas por las fibras musculares lesionadas y/o las células inflamatorias podrían contribuir al dolor de las “agujetas” al actuar sobre nociceptores musculares.

Teoría neurogénica

Esta teoría se basa en la observación de una atenuación del dolor de las “agujetas” cuando se produce un bloqueo selectivo de las fibras nerviosas mielínicas de gran diámetro (Barlas y col. 2000). Estas fibras conducen información propioceptiva generada en los mecanorreceptores musculares (por ejemplo, en los husos musculares) hacia el sistema nervioso central. Se ha propuesto que cuando una persona sufre “agujetas” se produce una alteración en la interpretación de las sensaciones en el sistema nervioso central, de tal manera que los estímulos mecánicos, no dolorosos, conducidos por las fibras mielínicas de gran diámetro son interpretados como dolorosos (Barlas y col. 2000).

Las “agujetas” responden a múltiples factores

De lo expuesto anteriormente podemos deducir que ni la aceleración del metabolismo ni el ácido láctico por sí mismos son responsables de las “agujetas”. Las “agujetas” se producen como consecuencia de un nivel de solicitación mecánica que supera la resistencia mecánica de las estructuras musculares. La ruptura de estructuras musculares libera sustancias al espacio extracelular que atraen a las células inflamatorias, las cuales actúan amplificando la lesión e iniciando el proceso de reparación. Las sustancias liberadas al espacio extracelular por las fibras lesionadas o por las células inflamatorias podrían a su vez sensibilizar a los nociceptores musculares contribuyendo a la hiperalgesia. Esto explicaría porque, en ocasiones la hiperalgesia se prolonga más allá del tiempo durante el cuál permanece el infiltrado de células inflamatorias en el músculo esquelético.

 

¿Qué consecuencias tienen las “agujetas”?

Las “agujetas” se asocian a tumefacción muscular, rigidez y pérdida de rango de movimiento articular. La rigidez puede ser debida a un ligero aumento temporal de la concentración intracelular de calcio, facilitado en parte por las lesiones en el sarcolema de algunas fibras musculares. Alternativamente podría estar causada por mecanismos neurales de tipo reflejo, en respuesta al dolor.

La desorganización de los filamentos de desmina y titina, junto a otras posibles lesiones en el sistema de transmisión de la tensión podrían ser los responsables de la pérdida de fuerza que acompaña a las “agujetas” (Sam y col. 2000). La pérdida de fuerza podría también ser debida a que las fibras de contracción rápida se afectan en mayor medida (Lieber y Fridén 1988).

En nuestro laboratorio hemos observado una ligera disminución de fuerza isométrica máxima después de haber realizado ejercicio excéntrico. En nuestra experiencia, la pérdida de fuerza dinámica, especialmente la relacionada con el ciclo estiramiento acortamiento (como el salto con contra-movimiento) se deteriora mucho más. Además, las lesiones que acompañan a las “agujetas” pueden disminuir el rendimiento en ejercicios que dependen de la resistencia aeróbica por diversos mecanismos. Por ejemplo, se ha observado que la resíntesis muscular está retardada en el músculo con “agujetas”. Además, en nuestro laboratorio hemos podido comprobar que la economía de carrera está disminuida cuando hay “agujetas” (Calbet y col. 2000), mientras que la eficiencia de pedaleo también se afecta, pero en menor medida (Sanchís 1998).

Además, las “agujetas” se asocian a un aumento del metabolismo basal (Calbet y col. 2000) y un aumento de la respuesta lactatémica al ejercicio (Gleeson y col. 1998).

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Prevención y tratamiento de las “agujetas”.

La mejor prevención de las “agujetas” es la adecuación de las cargas de entrenamiento a las posibilidades del deportista, evitando cambios bruscos en el volumen, intensidad o tipo de los ejercicios. Es interesante resaltar que Nosaka y Clarkson (1997) demostraron que la realización de ejercicio concéntrico, inmediatamente antes del ejercicio excéntrico mitiga tanto la magnitud de la lesión (menos liberación de enzimas musculares) como la pérdida de fuerza. Estos resultados coinciden con observaciones efectuadas en nuestro laboratorio (Sanchis 1998).

Si aparecen “agujetas”, el tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) se ha mostrado eficaz para atenuar el dolor y mitigar la pérdida de fuerza. No obstante, los AINE, tomados incluso antes del ejercicio, ni previenen ni atenúan el daño muscular experimentado (Bourgeois y col. 1999).

Resultan INÚTILES como tratamiento para disminuir la lesión que acompaña a las “agujetas” o para acelerar la recuperación: la laserterapia, los ultrasonidos, la crioterapia inmediatamente después del ejercicio, los analgésicos, los estiramientos realizados antes y/o después del ejercicio excéntrico y la acupuntura. Con distintos tipos de masaje se han conseguido resultados contradictorios, aunque la mayoría de los estudios comunican falta de eficacia.

Bibliografía

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Appell HJ, Soares JM, Duarte JA (1992) Exercise, muscle damage and fatigue. Sports Med 13: 108-115

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Barlas P, Walsh DM, Baxter GD, Allen JM (2000) Delayed onset muscle soreness: effect of an ischaemic block upon mechanical allodynia in humans. Pain 87: 221-225

Bourgeois J, MacDougall D, MacDonald J, Tarnopolsky M (1999) Naproxen does not alter indices of muscle damage in resistance-exercise trained men. Med Sci Sports Exerc 31: 4-9

Calbet JAL, Chavarren J, Dorado C (2000) Running economy deteriorates following a duathlon competition. J Sports Med Phys Fitness (En prensa).

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Nosaka K, Clarkson PM (1997) Influence of previous concentric exercise on eccentric exercise-induced muscle damage. J Sports Sci 15: 477-483

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Sanchís Moysi J (1998) Eficiencia energética y ejercicio excéntrico en seres humanos. Tesis Doctoral Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

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Sorichter S, Puschendorf B, Mair J (1999) Skeletal muscle injury induced by eccentric muscle action: muscle proteins as markers of muscle fiber injury. Exerc Immunol Rev 5:5-21

10 de junio de 2014 |

La tendinitis o bursitis generalmente involucra al hombro, codo, muñeca, cadera, rodilla y dolor en los tobillos. El dolor que provoca puede ser muy grave y frecuentemente aparece de forma repentina. Al igual que en la artritis, el dolor es peor durante el movimiento. A diferencia de la artritis, algunas veces, el dolor se genera en partes del cuerpo lejos de una articulación.

La tendinitis a menudo es causada por el uso repetitivo (uso excesivo). Aunque el problema puede reaparece o ser crónico (a largo plazo) en algunas personas, es más frecuente a corto plazo, sobre todo si se trata a tiempo.

Datos Importantes

  • La tendinitis y la bursitis son la inflamación o degeneración (descomposición) de los tejidos blandos alrededor de los músculos y los huesos.
  • El tratamiento inmediato incluye el RICE: reposo, hielo, compresión y elevación.
  • Las señales graves incluyen rápido empeoramiento del dolor, enrojecimiento e hinchazón o incapacidad repentina para mover una articulación.

¿Qué es la tendinitis?

Los tendones son estructuras  similares cordones localizados en un músculo que se estrecha hacia abajo para conectar a un hueso. El tendón es más fibroso y denso que el músculo carnoso y elástico. Un tendón transmite la fuerza del músculo al hueso para general movimiento. Generalmente, la tendinitis es muy sensible al tacto.

¿Qué es la bursitis?

La bursitis es la inflamación de la bursa. Esta pequeña bolsa actúa como amortiguador entre las estructuras en movimiento (huesos, músculos, tendones y piel). Si un músculo o tendón está tirando alrededor de la esquina de un hueso, o sobre un hueso, una bursa saludable lo protege del desgaste y de la tensión. Cuando una bursa se inflama, puede ser muy doloroso, incluso durante el reposo. 

¿Cuáles son las causas de la la tendinitis y la bursitis?

La tendinitis puede generarse debido a una lesión intensa repentina. Sin embargo, con mayor frecuencia es el resultado de una repetida lesión leve de ese tendón. Los médicos lo denominan esfuerzo repetitivo o uso excesivo. Por ejemplo:

  • Pintar un techo durante cuatro horas o más, escribir durante largas horas, una posición corporal inadecuada durante el uso de un teclado, cortar o serruchar pueden provocar una tendinitis o bursitis a los días u horas trascurridas.
  • Apretar con fuerza durante el uso de herramientas o mientras se conduce mucho tiempo.
  • El uso de un revés, sobre todo con una sola mano, en un juego de principios de temporada de tenis («codo de tenista»).
  • El uso inadecuado de zapatos para correr o no recibir la preparación correcta antes de hacer deportes.

En raras ocasiones, algunos medicamentos pueden causar tendinitis y rotura del tendón (desgarro espontáneo). Estos incluyen antibióticos fluoroquinolonas y las estatinas (fármacos que reducen el colesterol).

¿Cómo se diagnostica la tendinitis y bursitis?

Para determinar la causa de estos problemas, el médico le pregunta sobre su historia clínica y realiza un examen físico cuidadoso. La sensibilidad a lo largo del tendón o su cubierta (cubierta externa), o en un punto específico en el tendón sugiere tendinitis. El dolor es provocado cuando el músculo al que está unido el tendón trabaja contra la resistencia como parte del examen.

Al comienzo, la mayoría de los pacientes no necesitan estudios de imagen como radiografías, imágenes por resonancia magnética (generalmente denominado MRI) o ecografías. Los estudios de imagen y la sangre se realizan sólo si el problema persiste o no desaparece. Un análisis de sangre puede ayudar a detectar una infección. Los signos de una infección incluyen enrojecimiento, calor e hinchazón. Si la bursitis es provocada por la infección, el líquido debe ser drenado de la bursa al instante y estudiado inmediatamente.

¿Cómo se tratan la tendinitis y la bursitis?

El tratamiento depende de la causa. Cuando hay un uso exesivo o lesión, se debe reducir la fuerza o la tensión que lo causa. Si la tendinitis está relacionada con el trabajo, el médico o el fisioterapeuta deben revisar la ergonomía apropiada, para que pueda trabajar con seguridad. Algunos pacientes pueden necesitar asesoramiento para la protección de las articulaciones y soporte en la región afectada. Existen pocas pruebas de que el ultrasonido terapéutico ayuda a estos problemas, y la mayoría de los médicos no lo recomiendan.

El tratamiento puede consistir en cualquiera de los siguientes.

Descanso. Debe descansar la extremidad lesionada o la articulación, al menos durante un tiempo corto. Lo más probable es que al no descansar los síntomas continúen. Si el problema se encuentra en la cadera, la pierna o el pie, es posible que tenga que suspender las actividades de soporte de peso estresantes por un período corto. Esto permite que la inflamación disminuya.

Hielo. El hielo puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor. Colóquese hielo en la zona afectada durante 10 a 15 minutos una o dos veces al día.

Medicamentos. Si el dolor persiste, es posible que necesite fármacos antiinflamatorios no esteroideos (generalmente conocidos como AINES), como por ejemplo la aspirina, el ibuprofeno o el naproxeno. Las formas tópicas (aplicado a la piel) de los AINE ya están disponibles y pueden reducir el dolor y la inflamación sin malestar estomacal. El acetaminofeno (Tylenol) también puede ayudar a aliviar el dolor.

Las inyecciones de corticoesteroides pueden brindar alivio a corto plazo en ciertos tipos de tendinitis, y pueden considerarse si usted es incapaz de tomar AINES.

Si existe una infección, con mayor frecuencia necesitará un antibiótico apropiado. (El drenaje diario de líquido con una aguja también puede ser necesario.)

Si se encuentran cristales de gota en el líquido articular, existen medicamentos que controlan la enfermedad.

 

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Soportes. El uso de un bastón en la mano opuesta puede ayudar a una cadera dolorosa. Las férulas o aparatos ortopédicos para la parte afectada del cuerpo ayudan descansar y reducir la tensión en el cuerpo. Los soportes disponibles para la venta pueden ser suficientes. En el caso contrario, es posible que necesite soportes a medida y remitirse a un terapeuta ocupacional.

Para la tendinitis de tobillo, es posible que necesite aparatos ortopédicos para reducir la tensión en el tobillo o en el pie. Un aparato ortopédico es un dispositivo que va dentro del zapato, lo que cambia el apoyo y el ángulo del pie. Esto mejora la mecánica del pie y alivia el dolor o la presión. Pueden ser por encargo a medida o los artículos disponibles para la venta.

La terapia física. Algunos problemas en los tendones no desaparecen a pesar del tratamiento estándar. Si la tendinitis dura más de unas pocas semanas, es posible que necesite una derivación a un fisioterapeuta o un reumatólogo. El médico o terapeuta puede brindarle ejercicios para mantener la fuerza y el funcionamiento. Si la tendinitis o bursitis ha comenzado a limitar el movimiento de la articulación, o ya restringe el movimiento, consultar a un fisioterapeuta es una buena idea. Por ejemplo, si el dolor en el hombro se ha ido, pero ya no puede levantar el brazo tan alto como su brazo saludable, un «hombro congelado» u otros problemas del manguito rotatorio se están desarrollando. Puede evitar este problema con un tratamiento inmediato.

Cirugía. Si luego de unos meses de tratamiento la tendinitis aun limita una actividad esencial, es posible que considere la cirugía. Pídale a su médico que lo derive a un especialista con experiencia.

Algunos pacientes con una infección o adherencias del tendón o bursa pueden necesitar una inyección de cortisona o una operación.

Una complicación posiblemente grave de la tendinitis es la ruptura de un tendón. La rotura más común es el desgarro del tendón de Aquiles en la pantorrilla. Generalmente, necesita cirugía.

Prevención

Existen ciertas maneras de prevenir que se generen estos problemas. Estos consejos se aplican a todas las articulaciones:

Antes de que el ejercicio enérgico, hay que pre-calentar y estirar.

Entrenamiento apropiado para una nueva actividad. Aumentar paulatinamente la intensidad de su entrenamiento.

Ejercitar y hacer deporte diariamente o casi todos los días y no sólo los fines de semana.

Aprender y mantener la postura y la mecánica del cuerpo apropiadas.

Asegúrese de que el equipo deportivo sea del tamaño correcto y que le quede bien, y que esté diseñado para el deporte que está practicando.

Evite permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo. Tome descansos o cambie de posición cada 20-40 minutos.

Deje de realizar cualquier actividad que cause dolor.

Evite comportamientos compulsivos, como por ejemplo «¡Finalizaré este trabajo, aunque me cueste la vida!»

¿CUÁL ES EL impacto Más Amplio en la salud de la Tendinitis y Bursitis?

La tendinitis o bursitis en el hombro puede llegar a ser un problema mayor si el hombro se vuelve rígido. Es importante hacer ejercicios de rango de movimiento, como el estiramiento, cada día. Esto preserva el movimiento en la articulación del hombro.

Convivir con tendinitis o bursitis

La tendinitis o bursitis pueden ser dolorosas. Busque atención médica oportuna para evitar la rigidez articular y problemas crónicos que pueden ocasionarle. También es importante descansar la extremidad o la articulación, por lo menos hasta que el movimiento esté libre de dolor. Generalmente, no descansar provoca una demora en la cura.

Puntos para tener en cuenta

  • Descanse el tendón adolorido. Evite actividades pesadas o cualquier actividad que cause dolor.
  • Colocar hielo en el área afectada durante 10 a 15 minutos una o dos veces al día.
  • Busque ayuda médica inmediatamente si el dolor empeora, si aparece enrojecimiento e hinchazón o si el problema no mejora de 3 a 6 semanas.
  • Evitar el uso excesivo de cualquier parte del cuerpo, como por ejemplo realizar el mismo movimiento una y otra vez.
  • Haga ejercicios de calentamiento a un ritmo relajado antes de realizar actividad enérgica.

Para más información

La Universidad Estadounidense de Reumatología (ACR, por sus siglas en inglés) compiló esta lista con el fin de brindarle un punto de partida para que realice investigaciones adicionales por su cuenta. El ACR no respalda ni mantiene estos sitios web, ni tampoco es responsable de la información o las declaraciones allí publicadas. Lo más recomendable es que siempre consulte con su reumatólogo antes de tomar decisiones con respecto a su tratamiento y para obtener mayor información .

 Actualizado en Febrero del 2013

Escrito por William P. Docken, MD, y revisado por la Comisión de Marketing y Comunicaciones de la Universidad Estadounidense de Reumatología.

Esta hoja de datos para pacientes se proporciona solamente para brindar educación general. Las personas deben consultar por atención médica calificada para un asesoramiento profesional, diagnóstico y el tratamiento de una afección médica o de salud.

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