5 de junio de 2018 |

La técnica es clave para evitar lesiones de rodilla en este deporte

Aumentan las temperaturas y, con ellas, las ganas de recuperar la figura y lucir un cuerpo perfecto en verano. Muchos optan por inscribirse en un gimnasio y, otros tantos, por practicar el deporte de moda: el running. Sin embargo, que todos podamos calzarnos unas zapatillas y correr no significa que todos estemos preparados para hacerlo. Para practicar este deporte, como para nadar o jugar al tenis, es necesario ir poco a poco y tomar ciertas precauciones. Sobre todo, si queremos evitar una de las dolencias más habituales del runner: las lesiones de rodilla.

A pesar de que hay otras partes del cuerpo susceptibles de lesionarse, la rodilla es una de las articulaciones que más se resiente con la práctica de este deporte. Es una de las que más impactos recibe y, por tanto, la que más posibilidades tiene de sufrir daños.

Pero, ¿cuáles son lesiones de rodilla más habituales en running y cómo podemos evitarlas? Os lo contamos.

Síndrome patelofemoral

Esta lesión es tan frecuente en runners que muchos la conocen con el nombre de rodilla del corredor. Se origina cuando los tejidos blandos y el hueso alrededor de la rótula se dañan debido a un mal movimiento de la rótula sobre el fémur.  

 

Cómo reconocerla. El síndrome patelofemoral suele presentarse en forma de dolor sordo debajo y alrededor de la rótula. Podemos notarlo cuando corremos, pero también cuando subimos escaleras, saltamos o permanecemos mucho tiempo sentados.

Cómo evitarla. Al igual que en otras lesiones de rodilla, la mejor forma de evitarla es tomar medidas antes de que aparezca. Además de calentar y de utilizar calzado adecuado, será conveniente que realicemos ejercicios de estiramiento y flexibilidad para los cuádriceps e isquiotibiales.

También será recomendable que fortalezcamos cuádriceps y abductores de cadera y que, en la medida de lo posible, mantengamos un peso corporal equilibrado. De esta forma conseguiremos que el impacto en la zona sea menor.

Cómo tratarla. Si se detectan a tiempo, este tipo de lesiones de rodilla tienen un buen pronóstico y no precisan de cirugía para resolverlas.  Por eso es tan importante que vayamos al médico y que éste realice un diagnóstico lo antes posible.

En un primer momento aplicará el protocolo RICE: descanso, hielo para bajar la inflamación, compresión y elevación. En este caso, puede ser de utilidad el uso de ortesis de rodilla como la Sport One, abierta y con gel frío/calor para aliviar el dolor.

Después, será necesario realizar los mismos ejercicios de estiramiento y fortalecimiento que hemos comentado anteriormente.

 

Síndrome de la cintilla iliotibial

Como explicamos en otro artículo, consiste en una inflamación de la zona lateral de esta articulación que se produce por la fricción entre el tendón de la cintilla iliotibial y el cóndilo lateral de fémur.

Cómo reconocerla. Si notamos un dolor en la parte externa de la rodilla que crece a los pocos minutos de empezar a correr y se intensifica en terrenos irregulares o en pendiente, lo más posible es que se trate del Síndrome de la cintilla iliotibial.

Cómo evitarla. A diferencia de otras lesiones de rodilla, ésta no es consecuencia de un traumatismo. Se produce por sobreuso y la mejor forma de prevenir su aparición es perfeccionando la técnica y tomando en cuenta algunos consejos.

Será necesario, por ejemplo, reducir la zancada al correr, disminuir los entrenamientos en asfalto o en terrenos con mucha pendiente y evitar cruzar los pies en carrera.

Cómo tratarla. Lo primero que deberemos hacer es acudir a un médico para que nos facilite un diagnóstico. Si sufrimos Síndrome de cintilla iliotibial, lo más probable es que nos recomiende reposo hasta que la inflamación baje y, a medida que el dolor disminuya, ejercicios para fortalecer los abductores de la cadera y estiramientos de la cintilla.

 

Tendinitis rotuliana

También conocida como rodilla del saltador, esta lesión se origina cuando hay inflamación en el tendón rotuliano por sobreuso.

lesiones de rodilla

Cómo reconocerla. Si la sufrimos, posiblemente sintamos un intenso dolor en la parte frontal de la rodilla, justo debajo de la rótula. También podemos notar cierta rigidez en la zona o, inclusive, debilidad en la articulación.

Cómo evitarla. Fortalecer los cuádriceps será de vital importancia para prevenir esta lesión y futuras recaídas. También, mejorar nuestra técnica, calentar antes de cada sesión, realizar estiramientos de cadera y cuádriceps y evitar el sobreentrenamiento.

Otro punto a tener en cuenta es el calzado. Deberemos correr con uno adecuado al tipo de disciplina y adaptado a nuestra pisada.

Cómo tratarla. La detección precoz es clave para su tratamiento y pronta recuperación. Si la lesión es leve, se recomienda reducir la actividad física, aplicar hielo para bajar la inflamación y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de la rodilla y los músculos que aguantan el peso.

También, utilizar cintas rotulianas como la Neothermik o la Sport One. Ayudarán a reducir el dolor en la zona y a recuperarnos de esta lesión. 

En caso de que la lesión sea grave, podría ser necesaria la intervención quirúrgica.

 

 

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