14 de diciembre de 2016 |

Las lesiones más comunes en la práctica de esquí y snowboard, las ortesis técnicas recomendadas y consejos para evitar que vuelvan a pasar

Con la llegada del frío también lo hace la nieve. Los fines de semana, festivos, puentes, y resto de días que podemos disfrutar de tiempo libre, muchos son los que suben hasta las cotas más altas para practicar esquí o snowboard.  Pero estos deportes pueden producir una serie de lesiones tanto a los principiantes como a los expertos que pueden corregirse con ciertas ortesis técnicas o evitarse siguiendo una serie de consejos.

Aún así no debemos preocuparnos en exceso. La mayoría de las caídas producidas por el esquí o el snowboard no derivan en lesiones, y mucho menos en lesiones graves, pero es importante tener en cuenta que hay caídas que pueden provocar leves lesiones.

En Teyder os explicamos cuáles son las lesiones más comunes en la práctica de estos deportes y os explicamos cómo se pueden prevenir y qué ortesis técnicas utilizar en caso de lesión.

Lesiones más comunes

  • Rodilla. Las lesiones de rodilla en la práctica de los deportes relacionados con la nieve son las más comunes. Las piernas son las principales protagonistas en estos deportes, y el juego que hacen las rodillas en especial. Es por eso que podemos sentir molestias en estas articulaciones después de uno o varios días de esquí y, en caso de que tengamos una mala caída o hagamos un mal gesto, esto puede derivar en la rotura del ligamento cruzado anterior. Síntomas: dolor e imposibilidad de caminar. Para este tipo de lesiones existen diferentes tipos de ortesis técnicas, recomendamos nuestra rodillera para el ligamento cruzado 537RD.
  • Hombro. En este caso se producen más en la práctica del snowboard que en la del esquí alpino y la más popularizada es la luxación de hombro. Síntomas: dolor, deformidad del hombro e imposibilidad de moverlo. En esta ocasión, una  de las ortesis técnicas más adecuada es la hombrera de Teyder 543CD, con la que conseguirás movilizar el hombro y mejorar sus condiciones después de una lesión.
  • Mano. Las lesiones en la mano son de las más típicas en el mundo del esquí, de hecho, incluso se ha bautizado a una de ellas como “el pulgar del esquiador”. Ésta consiste en una ruptura del ligamento interno del dedo pulgar debida a un movimiento lateral brusco cuando el dedo se queda enganchado con el bastón.  Síntomas: dolor en la zona de la ruptura, hinchazón en esta misma y movilización dolorosa del dedo pulgar. Las muñequeras férulas 513MN y la 514MN son las ortesis que ayudarán a estabilizar tu muñeca y pulgar y recuperar su movilidad después de una lesión como la del “pulgar del esquiador”.

¿Cómo podemos prevenir estas lesiones?

  • Preparación física. La práctica de cualquier deporte conlleva el ejercicio físico, por lo que nuestro cuerpo tiene que estar preparado para realizar esa clase de esfuerzo. En el caso del esquí y el snowboard, es importante que determinadas zonas y músculos del cuerpo estén preparados para ello. Es aconsejable que unas semanas antes de practicar esquí o snowboard reforcemos (tanto en flexibilidad como en fortalecimiento) las zonas de las piernas, glúteos y la zona lumbar y abdominal, ya que son las que más esfuerzo van a realizar.
  • Uso de equipo adecuado. Es primordial que, en la práctica de cualquiera de estos dos deportes, dispongamos de un equipo completo y en buenas condiciones. A parte del traje (se recomienda que sea transpirable y antideslizante), los esquís y la tabla de snowboard, en nuestro equipo no pueden faltar el casco y las gafas para protegernos del frío y caídas y de los rayos ultravioleta (incluso en días nublados). Como complemento para evitar posibles lesiones futuras, también es aconsejable el uso de rodilleras y muñequeras. Pero no basta con tener un equipo completo y en perfectas condiciones, sino que su uso también será determinante para estar bien protegido. Para conseguirlo, tendrán que estar todos (botas, muñequeras, bastones, etc.) bien apretados y ajustados a nuestro cuerpo.
  • Sentirnos en buenas condiciones. Como en la práctica de cualquier otro deporte, es muy importante que estemos bien hidratados y alimentados antes de practicar esquí o snowboard, así como sentirnos en buenas condiciones para hacerlo, y no tener sensación de cansancio. También es recomendable hacer algún descanso cuando nos sentimos especialmente agotados.
  • Respetar las señales. Las condiciones de la nieve y el hielo pueden ir variando a medida que avanza la jornada de esquí. Por ello es importante que respetemos las señales que nos indican las condiciones en que están las pistas y nos deslicemos por ellas con la máxima precaución posible.

¡Desde Teyder queremos desearte una muy buena temporada de esquí y snowboard libre de daños y lesiones!

19 de agosto de 2016 |

Accesorios que facilitan el día a día de las personas en silla de ruedas y sus familiares

Las personas no nacen sabiendo y, menos, en temas como sillas de ruedas o arneses de sujeción. Lamentablemente, uno se convierte en experto cuando le toca enfrentarse a una lesión que le obliga a permanecer en silla de ruedas de forma temporal o permanente.

A fuerza de buscar información sobre el tema y de preguntar en centros especializados, se familiariza con conceptos, hasta ese momento, ajenos a su realidad y tan comunes en el mundo de la ortopedia.

En Teyder queremos poner nuestro granito de arena y haceros un poco más fácil la comprensión de este argot. Sobre todo, porque muchos de los términos a los que hacen referencia profesionales y páginas web de ortopedia tienen que ver con productos necesarios para garantizar la comodidad y la seguridad de la persona con movilidad reducida y, a la par, la de sus familiares. Aquí, los más frecuentes:

  • Arneses de sujeción. Cuando uno piensa en “arneses” lo primero que le viene a la mente son los mecanismos que utilizan los escaladores para subir montañas y no caer al vacío en caso de fallo humano o desprendimiento de piedras. Y, aunque estéticamente poco tienen que ver, la función de los arneses de los escaladores y la de los que utilizan las personas en silla de ruedas es la misma: asegurar a sus usuarios. Por ejemplo, los arneses con sujeción de cintura evitarán que se eleven y se caigan de la silla; los de cintura o tronco les ayudarán a mantenerse erguidos y los de sujeción perineal impedirán que se deslicen hacia adelante gracias a la cinta que incorpora entre las piernas.
  • Cojín. Todo el mundo sabe qué es un cojín. Lo que quizá no sepan es que existen almohadones adaptados a las sillas de ruedas y que permiten que el usuario esté en una posición correcta en sedestación. Los hay de foam, de neopreno, de células de gel, de silicona, antiescaras… Estos últimos, como su propio nombre indica, evitan que se formen escaras en la piel de la persona con movilidad reducida.

Los arneses de sujeción evitan que las personas con movilidad reducida se caigan o pierdan estabilidad

  • Disco giratorio. Muy útil para transferir a una persona en pie de la silla de ruedas a la cama, a otra silla o al baño. El disco giratorio se dispone en el suelo y, con un leve movimiento, se puede girar el cuerpo de la persona con movilidad reducida sin forzar tobillos y rodillas.
  • Rampa. Como se puede intuir por su nombre, la rampa nos ayuda a sortear escalones o desniveles pronunciados con la silla de ruedas. Suelen ser telescópicas o enrollables para facilitar su transporte y almacenamiento.
  • Silla de baño. Son sillas que están especialmente diseñadas para su uso debajo del agua y que, en la mayoría de los casos, disponen de unas pequeñas ruedas para garantizar la movilidad de su usuario en la ducha.
28 de julio de 2016 |

Si recurres a soluciones de ortopedia que no sea por imprudencia

Cuando pensamos en verano, lo hacemos en sol, playa, relax, descanso. Nunca en lesiones, productos de ortopedia y urgencias hospitalarias. Pero lo cierto es que, durante los meses de julio y agosto, las visitas al médico por torceduras y caídas son frecuentes.

También, las relacionadas con contracturas o dolores musculares. ¿Extraño? Aunque parezca mentira, no. Más bien, previsible. Al menos si tenemos en cuenta el perfil de algunos de los lesionados: personas que durante el año no practican ningún deporte y que, aprovechan las vacaciones estivales y sus largas horas de luz, para recuperar el tiempo perdido y ponerse en forma. Nada que objetar sobre su decisión: hacer ejercicio es, junto con a una buena alimentación, una de las mejores formas de velar por nuestra salud y por nuestra calidad de vida. El problema viene cuando se quieren abordar deportes de impacto como pueden ser el running, el voleibol, el tenis, el pádel o el ciclismo sin preparación, sin técnica y sin dedicar, al menos un cuarto de hora, a calentar y a estirar. Como hemos comentado en anteriores ocasiones, la mejor forma de evitar lesiones durante la práctica deportiva es la previsión y esta requiere de progresión y formación en la disciplina a abordar.

Pero, ¿la falta de preparación es la única causa de contusiones en verano? Lamentablemente no. Junto a los esguinces de tobillo, tendinitis en codo y hombro o contracturas musculares que se producen por una mala praxis deportiva, encontramos otras que se dan por falta de precaución y que, como las anteriores, pueden tener como consecuencia una lesión. Runners que corren por superficies a las que no están acostumbrados y sufren caídas y torceduras inesperadas, futbolistas aficionados que juegan a este deporte descalzos o en chanclas y se dañan los dedos de los pies con el balón, adultos que optan por las palas o el frisbee en la orilla y, debido al desnivel, pierden el equilibrio y se tuercen el pie. Además de enfrentarse a la práctica deportiva sin el equipo adecuado, lo hacen en terrenos que desconocen y que pueden crearles inestabilidad y hacerles caer.

La preparación y la precaución te mantendrán alejado de las lesiones

En esta lista de lesiones no podemos olvidar aquellas que se dan por causas que nada que tienen que ver con el deporte: caídas por resbalones en la piscina o en las rocas, contracturas por cargar más peso del normal o fascitis plantar por el uso prolongado de chanclas o sandalias sin amortiguación y sin sujeción al tobillo.

¿Qué debemos tener en cuenta entonces para prevenir lesiones y, por tanto, evitar el uso de un producto de ortopedia?

  • Uno no se convierte en deportista en un día. es necesario integrar el ejercicio físico a nuestra rutina de forma paulatina e ir aumentando la intensidad y la frecuencia de forma progresiva. Y, siempre, calentado y estirando nuestros músculos y articulaciones.
  • Aunque una de las cosas más importantes a la hora de practicar un deporte es la técnica y la preparación, no nos podemos olvidar del equipamiento. Elementos como zapatillas, raquetas o palas son esenciales para evitar lesiones. A no ser que estés acostumbrado a ello –recordemos que existen disciplinas como el barefoot o el volei playa que se realizan descalzo-, no hagas deporte sin el calzado adecuado.
  • El sentido común también debe acompañarnos en vacaciones. Si no conoces el terreno, no te la juegues. No te tires al agua de cabeza si no sabes cuál es la profundidad del río o cala o si hay rocas y elementos cortantes en su interior, no hagas piruetas y corras por superficies mojadas y resbaladizas como la piscina, no te envalentones encima de una moto acuática o de una tabla de surf. Más allá de un susto y un esguince, puedes sufrir lesiones medulares. Muy serio.

En Teyder somos especialistas en soluciones de ortopedia. Disponemos, entre otras muchas, de ortesis para tratar lesiones como el codo de tenista o la rodilla del corredor y para aliviar el dolor durante la práctica deportiva.

15 de julio de 2016 |

Soluciones de ortopedia con gel frío/calor ayudan a aliviar el dolor tras una caída o torcedura

Si sois deportistas seguro que habéis oído hablar del tratamiento con frío o calor, una práctica que tiene el objetivo aliviar el dolor y evitar, en la medida de lo posible, la inflamación de un miembro dañado tras una caída, una torcedura o un mal movimiento.

Lo que quizá muchos no sepáis es que esta terapia, como los deportes que practicáis, tiene sus reglas de juego: hay lesiones que, para su recuperación, requieren de frío, otras de calor y algunas en las que este tratamiento es totalmente contraproducente.

Lo mejor antes de aplicar crioterapia o termoterapia es tener claro a qué lesión nos enfrentamos y, sobre todo, consultar a vuestro médico especialista. Además de marcaros las pautas a seguir en este sentido, os indicará si debéis hacer uso de un producto de ortopedia durante vuestra recuperación o práctica deportiva y, en ese caso, qué características debe tener.

En Teyder, de momento, os damos unas pinceladas sobre el tratamiento frío y calor, cómo y cuándo aplicarlo para cumplir su función: aliviar el dolor.

  • Frío. Además de ayudar a mitigar el dolor producido por un traumatismo, la crioterapia tiene otros dos beneficios para aquellos que la ponen en práctica: reducir la inflamación y el espasmo muscular que pueden surgir tras una caída, golpe, torcedura o calambre. Para hacerlo, debemos aplicarla sobre el músculo o articulación dañada inmediatamente después de producirse la contusión. También es conveniente hacer uso de la crioterapia tras un entrenamiento intenso para aliviar, así, las molestias que se traducen de él. No podemos olvidar que el frío, como el calor, altera la sensibilidad y puede provocar quemaduras en la piel. Para prevenirlas,  debemos utilizar un paño o toalla que ejerza de bloqueador entre el gel y la piel o una solución de ortopedia como las ortesis Sport One de Teyder, con almohadilla de gel frío y calor que evita daños en la dermis.

El tratamiento frío y calor nunca se debe aplicar en heridas abiertas o con infección

  • Calor. La termoterapia, además de aliviar el dolor articular o muscular, ayuda a sedar la zona afectada y a relajarla. Como en el caso de la crioterapia, es recomendable aplicarlo de 10 a 30 minutos sobre el músculo o articulación a calmar y utilizar una toalla o una ortesis que evite el contacto directo del gel con la piel. Pero, a diferencia del tratamiento con frío, únicamente se debe utilizar cuando hay dolor muscular o articular, nunca en casos de inflamación. Las contracturas musculares o los dolores cervicales y lumbares pueden aliviarse con este tipo de tratamiento.
  • Ni frío ni calor. Como hemos explicado, hay casos en los que la termoterapia o la crioterapia no tienen cabida. Por ejemplo, cuando existe una herida abierta, cuando hay infección o cuando nuestra piel presenta alta sensibilidad deberemos prescindir de estos tratamientos.
1 de julio de 2016 |

Mobiliario y estancias deben permitir el paso de la silla de ruedas

Escalones, puertas demasiado pequeñas, rampas demasiado pronunciadas, interruptores demasiado altos… Son muchas las barreras arquitectónicas a las que se enfrentan las personas con movilidad reducida en su día a día y que les impiden disfrutar de la libertad y autonomía de la que gozan el resto de ciudadanos.

Detectarlas y darles solución es necesario para garantizar la accesibilidad de las personas con silla de ruedas o con movilidad reducida a edificios públicos y privados, pero sobre todo a su vivienda.

En Teyder ya os indicamos que los elementos que debíais tener en cuenta para adaptar el interior de una finca a las personas con movilidad reducida. Hoy os facilitamos algunos consejos para hacer lo mismo con la vivienda y permitir que las personas en silla de ruedas pueda desplazarse en su domicilio.

  • Puertas. Deben ser de una amplitud superior a los 84 centímetros para permitir el acceso de una silla de ruedas y, así, garantizar la autonomía y movilidad del que la deba usar. Una buena idea es sustituir las puertas tradicionales por puertas correderas. Así se gana en espacio y en libertad de movimiento.
  • Pasillo. Al igual que las puertas, el pasillo debe tener un ancho superior a los 90 centímetros para que las personas con movilidad reducida o que se desplacen con silla de ruedas puedan acceder a las diferentes estancias de forma autónoma.
  • Suelo. Debe ser duro, antideslizante y libre de obstáculos para permitir el acceso de las personas con movilidad reducida.
  • Sillas y sillones. Es recomendable que dispongan de apoyabrazos y que sean de una altura no superior a los 45 centímetros. Todos, deberán contar con respaldo y ser firmes para evitar caídas.

Los suelos deben ser duros, antideslizantes y libres de obstáculos

  • Cocina. Si la estructura lo permite, optaremos por cocinas en forma de U o L para garantizar el acceso de la persona con movilidad reducida o silla de ruedas y tener siempre un punto de apoyo. Optaremos por grifos monomando para garantizar su apertura y cierre y evitaremos muebles de cocina con esquinas pronunciadas y justo debajo de la placa de vitrocerámica –preferible a la hornilla de gas- o pila. Sólo así podrá acceder a ella con la silla de ruedas.
  • Dormitorio. Lo recomendable es eliminar cualquier objeto o mueble que pueda obstaculizar el movimiento  y optar por armarios y cómodas con asas en vez de con pomos y con esquinas redondeadas. También,  sustituir la cama tradicional por una articulada que facilitará el ascenso y bajada de la persona en silla de ruedas a ella y, obviamente, su descanso.
  • Baño. De la misma forma que debemos adaptar dormitorio y cocina  a las necesidades de las personas con movilidad reducida, debemos hacer lo mismo con el baño. Lo ideal es incorporar brazos de apoyo y asideros en baño y ducha para que pueda disponer de autonomía. También, subir el inodoro mediante un elevador para permitir su ascenso y descenso e incorporar grifos monomando  para facilitar la apertura, cierre y regulación del agua. Es importante, además, sustituir bañera por ducha, incorporar bandas antideslizantes para evitar caídas y contar con sillas para el baño y asientos adaptados a las necesidades de las personas con movilidad reducida.

En Teyder disponemos de ayudas técnicas que buscan facilitar el día a día de las personas con movilidad reducida y favorecer su accesibilidad.

24 de junio de 2016 |

El tamaño de la puerta y el rellano debe permitir la entrada y maniobra de la silla de ruedas manual o eléctrica

Aunque cada vez son más las construcciones que adaptan sus instalaciones  a las necesidades de los ciudadanos con movilidad reducida, aún son muchos los edificios  de titularidad privada que no cumplen con los requisitos mínimos para garantizar la accesibilidad de las personas que en silla de ruedas  o con problemas de movilidad. ¿La razón? Así como los edificios de nueva construcción se diseñan teniendo en cuenta criterios de accesibilidad, los de obra antigua se construyeron obedeciendo a principios económicos y no de funcionalidad. Una práctica del pasado que, en la actualidad, se traduce en inmuebles con barreras arquitectónicas que dificultan tanto la entrada y salida de las personas en silla de ruedas al edificio como el acceso de estos a su vivienda.

Adaptar este tipo de construcciones a las necesidades de las personas con movilidad reducida no sólo es posible, sino que además es recomendable. No podemos olvidar que este tipo de medidas garantizan, también, la calidad de vida de las personas de la tercera edad. En Teyder os decimos qué debéis  tener en cuenta a la hora de hacerlo.

  • Rampas. En la entrada al edificio se deben evitar los escalones y facilitar el acceso a las personas de movilidad reducida con una rampa cuyo desnivel variará en función de su extensión: inclinación del 6% para recorridos de 6 a 10 metros; del 8%, para recorridos de 3 a 6 metros, y del 10%, para recorridos inferiores a los 3 metros.
  • Puertas. Las puertas de entrada y salida al edificio deben ser, como mínimo, de 0,80 metros de ancho y 2 metros de alto. Sólo así se garantizará el acceso de las personas en sillas de ruedas.
  • Rellano. Debe ser lo suficientemente amplio –como mínimo, 1,20 metros- como para permitir maniobrar a las personas que van en silla de ruedas.

El grado de inclinación de la rampa variará en función de la extensión de la misma

  • Montaescaleras. En caso de que el acceso al ascensor vaya antecedido de escaleras, lo recomendable es instalar en el rellano un montaescaleras, es decir, una plataforma que actúa como montacargas, eleva la silla de ruedas y dota de autonomía al que la utiliza.
  • Escaleras. Los peldaños de las escaleras deben ser, como mínimo, de 1,10 metros y deben contar con bandas antideslizantes correctamente señalizadas. Además, deberán contar con pasamanos ergonómicos que se prolonguen al inicio y al fin de las escaleras para garantizar la sujeción de las personas con movilidad reducida.
  • Porteros automáticos, buzones, interruptores. Deben ser accesibles a las personas que vayan en silla de rueda. La normativa recomienda que se sitúen a 1,40 metros del suelo, de tal forma que todos los vecinos puedan acceder a ellos.

En Teyder trabajamos para hacer un poco más fácil el día a día de las personas con movilidad reducida. Nuestras ayudas técnicas son una buena muestra de ello.